Fabricadas en forjas celestiales y bendecidas por los arcángeles, estas armas legendarias brillan con luz divina y resuenan con poder celestial. Solo las almas más heroicas pueden empuñarlas, ya que cada pieza elige a su digno portador. Quien las empuña se transforma en un radiante campeón de la justicia divina, envuelto en luz dorada y con el poder de vencer a la oscuridad misma.